Necesidades de las víctimas

Para poder apoyar y ayudar a las víctimas de delitos de odio anti-LGTB, es importante conocer sus necesidades. En el siguiente documento puede encontrar las necesidades de las víctimas de delitos de odio anti-LGTB.

Para atender de manera adecuada a las víctimas de delitos de odio anti-LGTB, es importante conocer cuáles son las necesidades de este grupo específico de víctimas. Algunas de las necesidades que se mencionan a continuación son  comunes en la mayoría de víctimas.  

Seguridad y protección personal. La mayoría de las víctimas se sienten inseguras durante o después de experimentar un delito de odio. Tienen una profunda necesidad de sentirse seguras y protegidas de más daños.

Ayuda práctica. Las víctimas de delitos de odio podrían necesitar diferentes tipos de ayuda práctica. Se podría pensar en cuestiones de asesoramiento médico, asistencia jurídica y económica.

Apoyo emocional y psicosocial. Aunque las necesidades emocionales varían según la víctima, existen algunas necesidades generales que tienen la mayoría de las víctimas de delitos de odio. Quieren ser creídas, reconocidas, tomadas en serio, escuchadas y comprendidas.

Confidencialidad y confianza. Las víctimas de delitos de odio pueden experimentar una falta de confianza respecto a la comunidad o incluso la sociedad en su conjunto. Además, para las personas LGTB, la confidencialidad es especialmente importante en caso de que la víctima no haya revelado su pertenencia al colectivo LGTB.

Información y asesoramiento. Especialmente cuando las víctimas de delitos de odio deciden denunciar el delito, deben estar informadas sobre sus derechos. Además, necesitarán información sobre los servicios de apoyo que podrían ayudarlas.

Ayuda para recorrer el proceso penal. Es importante que las víctimas comprendan plenamente los procedimientos de justicia penal y conozcan el progreso de su caso. El sistema de justicia penal es una forma de mostrar a las víctimas, los agresores y la sociedad que los delitos de odio se toman en serio.

Trato respetuoso y digno. Se debe ayudar a las víctimas de manera profesional, respetuosa y que se evite una victimización secundaria.

Enfoque centrado en las víctimas. Todas las víctimas son personas con necesidades individuales. Estas necesidades deben ser siempre el centro de la asistencia ofrecida.